Aristóteles se ha significado como uno de los filósofos más importantes de todos los tiempos y ha sido uno de los pilares del pensamiento occidental. Sus obras, escritas hace más de dos mil trescientos años, siguen ejerciendo una influencia notable sobre innumerables pensadores contemporáneos y continúan siendo objeto de estudio por parte de múltiples especialistas. La filosofía de Aristóteles c
La metafísica
La preocupación metafísica de Aristóteles es a la vez crítica, con respecto a la de su maestro Platón, y constructiva, puesto que se propone una nueva sistematización. Lo que pretende con la metafísica es llegar a saber "de los principios y de las causas primeras". Aborda los temas de la metafísica en lo que él llama "filosofía primera", ciencia que considera el ser en cuanto ser. Por ocuparse de las primeras y verdaderas causas, puede ser considerada igualmente ciencia de lo divino, ciencia teológica (Theoldgiké épistéme).
La vida de Aristóteles contada en una miniatura medieval
Aristóteles rechaza la teoría platónica de las Ideas separadas de los entes de este mundo. Lo verdaderamente existente no son los "reflejos" de las Ideas, sino los entes individuales, captados por la inteligencia y en los que reside el aspecto universal. En todo ser se da la sustancia (ousìa, esencia de cada ente individual subsistente en sí mismo) y el accidente (cualidad que no existe en sí misma sino en la sustancia). Las sustancias sensibles se hallan constituidas por dos principios: materia, que dice de qué está hecha una cosa, y forma, disposición o estructura de la misma.
Para explicar el cambio se vale de las nociones de acto y potencia, determinaciones primeras del ser. Ahora bien, con estas dos nociones sabemos cómo suceden los cambios o movimientos, pero no sabemos por qué. Esto lo conocemos mediante las razones o causas del cambio, que Aristóteles concretiza en cuatro: causa material, causa formal, causa eficiente y causa final (o teleológica). Esta última es de gran importancia para el Estagirita, ya que está convencido de que todo existe para cumplir un fin, pues todo, por su propia inmanencia, busca su intrínseca perfección.
onstituye, junto a la de su maestro Platón, el legado más importante del pensamiento de la Grecia antigua.Algunos Pensamientos....
La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión.
Cada uno juzga bien aquello que conoce, y de eso es buen juez.
En las adversidades sale a la luz la virtud.
Socrates
Era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz exageradamente respingona. Su figura era motivo de chanza. Alcibíades lo comparó con los silenos, los seguidores ebrios y lascivos de Dioniso. Platón consideraba digno de ser rememorado el día que le lavó los pies y le puso sandalias (a Sócrates), y Antifón, el sofista, decía que ningún esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. Llevaba siempre la misma capa, y era tremendamente austero en cuanto a comida y bebida.
Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser la ciencia que busca en el interior del ser humano. El método de Sócrates era dialéctico: después de plantear una proposición analizaba las preguntas y respuestas suscitadas por la misma. Sócrates describió el alma como aquello en virtud de lo cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de inteligencia y carácter.
Tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, a través de la obra de su discípulo Platón.
Creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y, por lo tanto, pasó la mayor parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas, iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, a quienes solía responder mediante preguntas. Privilegió un método, al cual denominó (probablemente evocando a su madre partera) mayéutica, es decir, lograr que el interlocutor descubra sus propias verdades.
Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que podría servir mejor a su país dedicándose a la filosofía. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una escuela regular de filosofía. Todo lo que se sabe con certeza sobre sus enseñanzas se extrae de la obra de Platón, que atribuyó sus propias ideas a su maestro. Platón describió a Sócrates escondiéndose detrás de una irónica profesión de ignorancia, conocida como ironía socrática, con gran ingenio y agudeza mental.
La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud, y el conocimiento de uno mismo. Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien actuarán de manera justa. Su lógica hizo hincapié en la discusión racional y la búsqueda de definiciones generales. En este sentido influyó en sus discípulo Platón y, a través de él, en Aristóteles.
Otro pensador y amigo influenciado por Sócrates fue Antístenes, el fundador de la escuela cínica de filosofía. Sócrates también fue maestro de Arístipo, que fundó la filosofía cirenaica de la experiencia y el placer, de la que surgió la filosofía más elevada de Epicuro. Tanto para los estoicos como el filósofo griego Epicteto, para el filósofo romano Séneca el Viejo como para el emperador romano Marco Aurelio, Sócrates representó la personificación y la guía para alcanzar una vida superior.
Platón..
Uno de los filósofos más trascendentes de antigüedad, en pos de desentrañar sus concepciones de este término tan fantasmagórico, que es el tiempo. Por 427 ó 428 a. C. en Atenas, nacía Platón, autor de una amplísima cantidad de obras en forma de diálogo, tales como La República, Fedro, El Banquete, Timeo, Las Leyes, entre muchas. Fue el discípulo más importante de Sócrates, otro gigante del pensamiento, del cual recibió gran influencia; y fue quien marcaría el camino del desarrollo de la filosofía hasta nuestros tiempos.
De un modo similar a Parménides, de quien también recibió influencias, Platón distingue en la realidad dos mundos separados: el mundo inteligible y el mundo sensible. A las manifestaciones del mundo inteligible, las denomina “ideas”, y las apropia de cualidades como inmateriales, inmutables, eternas, indestructibles, y en fin, nos encontramos con la concepción del Ser de Parménides. Sin embargo, a diferencia de éste, Platón dice que esta realidad constituye el modelo perfeccionista del mundo sensible –el mundo material, sometido al cambio, a la generación y destrucción, etc., es decir, la realidad que percibes con los sentidos, y que resulta no ser más que una copia errada del mundo inteligible–. Esto merece una explicación.
A esta concepción, Platón denominó Teoría de las Ideas, pero no la enunció como tal, sino que expuso los fundamentos en sus distintas obras, por lo que es la base de toda su filosofía. (Parto de la premisa de que comprendes los argumentos de Parménides, sino, puede que no interpretes correctamente lo que se va a hablar).
Se cree que la gran diferencia entre los primeros hombres y el resto de los animales, fue la capacidad de agrupar las cosas en conjuntos, desarrollando así el lenguaje. Al observar un árbol, por ejemplo, y ver que existen otros objetos similares, decimos que hay muchos árboles. Pero ¿qué es “árbol”? No es un árbol material, ni dos; es el conjunto de todas las características comunes que poseen ciertos objetos que llamamos ‘árboles’.
O por ejemplo, el significado de la palabra “caballo”, no es el caballo en concreto, es la idea que tenemos de la estructura que compone cierto conjunto de objetos, que llamamos ‘caballos’, sin importar su tamaño, color, pelaje, sexo, edad, etc. Porque en definitiva, todos los caballos son elementos distintos, ajenos los unos a los otros, al igual que los árboles, y sin embargo el humano tiene la asombrosa capacidad de concebir las ideas, que engloban a todas las cualidades de cada conjunto de objetos y que permiten clasificarlos. A este tipo de ideas, Platón las llama arquetipos.
Es decir, que las ideas son la esencia de las cosas del mundo sensible –el mundo que percibimos a través de los sentidos–, son la cualidad absoluta que los define; y los objetos del mundo sensible, no son más que un pálido reflejo del mundo de las ideas, es decir, que son conceptos relativos y subjetivos. No hay que confundir las ideas con pensamiento; son cosas distintas. Los propios pensamientos necesitan de arquetipos o ideas que estructuran y definen las cosas o conceptos que son representadas mentalmente. Las ideas, por tanto, son algo superior, que subsisten sean pensadas o no, es decir independientes del sujeto pensante.
Pero esto no sólo sucede con las cosas materiales, sino también por ejemplo con la belleza, la justicia, la virtud, etc. Entonces ¿qué es la “belleza”? Cuando decimos que algo es bello, siempre podremos encontrar algo aún más bello, es decir, que se acerque más al verdadero significado de la idea ‘belleza’. Un rostro bello, un paisaje bello, cambian, y lo que es bello para uno, puede no serlo para otro: extraemos las cualidades de mutable y relativo. Sin embargo, la belleza sigue siendo lo que es, absolutamente y eternamente, al igual que todas las demás ideas.
Por lo tanto, el verdadero significado de cada cosa, su esencia, sólo la encontraríamos en el mundo inteligible, de las ideas, y nunca en la realidad sensible. Por ejemplo, nunca encontraremos un ‘árbol’: tal vez lleguemos a ver algo que se acerque mucho a lo que es la idea ‘árbol’, pero en definitiva, ese objeto no será un árbol. Se me ocurre graficarlo en una especie de diagrama de Venn, donde tenemos dos conjuntos: la realidad inteligible y la sensible
Guzman Hernandez Maria Jeanette
Galvan Gallardo Marcela
Martinez Hernandez Juan Pablo
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